Cd. Delicias, Chih. 19 de abril de 2024


23 años de cárcel sin ser culpable y no fue en México

Grant Williams luego de pasar los últimos 23 años en la cárcel. Foto Twitter

Fecha/hora de publicación: 24 de julio de 2021 09:52:12

El estadunidense Grant Williams, fue acusado de homicidio en 1996 en medio de una polémica sentencia de cadena perpetua, formulada tras escuetos testimonios y como buen ‘godín’, a las carreras para irse de vacaciones. Pero, luego de pasar los últimos 23 años en la cárcel, compartiendo celda con los más desagradables insectos, una revisión a su caso, confirmó su inocencia.

Todo comenzó en abril de 1996, cuando Shdell Lewis, caminaba con un amigo a las afueras de su casa, cuando un hombre armado que vestía una chaqueta negra y un sombrero les disparó, arrebatando la vida de Lewis, quien murió antes de llegar al hospital. La policía, reunió a todos los testigos posibles y aunque no encontraron evidencia sólida de que Williams no pudo haber disparado, lo sentenciaron cuando apenas tenía 25 años. En efecto, pasó la mitad de su vida tras las rejas.

Tal como pasa en las películas, el hombre neoyorquino, marcó uno a uno los ocho mil 500 días que había pasado en la cárcel, con la vaga esperanza de que algún día se dieran cuenta de su inocencia. Sin embargo, después de 23 años, lo único que obtuvo fue una carta de libertad condicional en 2019. Su abogado, contactó con la Oficina del Fiscal del condado Richmond y les pidió que examinaran el caso.

TODO AL AVENT“N

Michael McMahon, fiscal del condado de Richmond, en Nueva York, anunció esta semana que luego de una investigación exhausta por parte de la ‘Unidad de Revisión de Integridad de Convicciones’, el estado se pudo dar cuenta de que se habían presentado algunas irregularidades en la sentencia de Williams, que había estado basada en la palabra de algunos testigos confundidos y obviando el testimonio del testigo principal, el amigo que acompañaba a Lewis en su última caminata.

De acuerdo con el New York Times, los fiscales no tenían una confesión, ni un arma homicida. Ni siquiera tenían una prueba significativa aparte del testimonio de los testigos presenciales. El colmo, fue que uno de los policías que identificó a Grant como el agresor, lo hizo buscando a un hombre fornido de unos 1.60 metros de estatura, cuando en realidad, Williams era delgado y medía 1.80 cm. de altura. Es como comparar una zanahoria con un betabel, no hay parecido alguno.

ABSOLUCI“N SIN PERD“N

El pasado 23 de julio del 2021, Wayne Ozzi, juez del Tribunal Supremo estatal, otorgó la absolución a Williams, demostrando su inocencia. Aunque, después de 23 años de sufrimiento, ni si quiera le ofrecieron ni una disculpa o alguna cantidad monetaria que pudiera resarcir el daño. Aunque tuvo la decencia de señalar que “nada de lo que pueda decir, podrá deshacer 25 años de esta pesadilla. Espero que haya un futuro brillante para ti, Grant Williams”.

SIN RESENTIMIENTOS

Aunque a estas alturas, Grant, no buscaba una petición de perdón, sino cerrar el caso lo más pronto posible para poder dar la vuelta a la página. Después de todo el aprendizaje que se puede obtener al perder la libertad, el hombre de 50 años prefirió brindar unas palabras de aliento a quienes atraviesan por la misma situación.

“Sólo quiero decir a todo el mundo que nunca sabes cuánta fuerza tienes hasta que se te pone a prueba. Nunca perdí la fe y definitivamente quiero elogiar al nuevo fiscal de distrito, quien intervino e hizo que mi vida fuera diferente al traerme hasta aquí hoy, porque de no ser así, ahora mismo todavía estaría sentado en una celda”, concluyó el ex convicto.

Sin lugar a dudas, el caso de Grant Williams, expone la omisión de justicia en el sistema penitenciario a nivel global. Este es solo uno de las miles de personas que se encuentran en prisión siendo inocentes.

De hecho, en 2019 la organización ‘The Innocence Project’ reveló el caso de un hombre que fue acusado de robo y que pasó no uno, ni dos, sino 30 años en prisión siendo inocente. Pero, como dicen por ahí, la justicia llega tarde que temprano. Tal como pasó como el mayor cazador de rinocerontes, quien por causas del destino, terminó cazado.
¿Justicia divina?

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